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Pintando Paraguay: Una ruta hacia la inspiración infinita

El pintor Juan de Dios Valdez abrió las puertas de su casa y taller de pintura en San Juan Bautista, Misiones, para compartir su experiencia viajando por el país con toda su familia, como parte de su proyecto Pintando Paraguay, que pretende pintar paisajes y peculiaridades de los 17 departamentos del país. Amanecer Pinturas se enorgullece en acompañar el viaje del artista, celebrando la originalidad y creatividad del emprendimiento.

Luego de la nota, te invitamos a disfrutar de un material audiovisual de nuestra conversación con el pintor.

Por Martín Álvarez

Fotografías por Javier Giménez. 

El lugar donde Juan de Dios pinta en el taller de su casa en San Juan Bautista.

En una mañana calurosa de un domingo de diciembre, llegué desde Asunción hasta San Juan Bautista para conversar con Juan de Dios. Estaba entusiasmado por el viaje en sí, pero no esperaba salir de la entrevista con unas renovadas ganas de simplemente apreciar el mundo a mi alrededor. Es que esa es la fuente de inspiración del pintor: el estar en movimiento constante, de ciudad en ciudad, para observar y localizar el objeto de su próxima creación. Y es esta también la razón principal por la que decidió embarcarse con su familia (su compañera Romina, sus dos hijos y sus dos cobayos) en una aventura inédita, que buscará pintar escenas de cada distrito de los 17 departamentos del Paraguay.

Juan de Dios me recibió en su taller de pintura ubicado al fondo de su casa, pero como él mismo expresa, este no es su lugar preferido para dar rienda suelta a sus manos y a sus ojos en la composición de sus detallados paisajes. Desde que su profesora del Instituto Superior de Bellas Artes en Asunción, Isabel de Anda, formó un equipo con sus alumnos hace ya varios años para pintar paisajes los fines de semana en Ypacaraí, el artista descubrió que esta forma de trabajar al aire libre –conocida como plenairismo— era compatible con sus aspiraciones y su técnica. 

Con experiencia de previas salidas para pintar en las calles de Areguá y de Asunción, Juan de Dios siempre tuvo el sueño de salir a recorrer el país y capturar en sus bastidores las cotidianeidades de sus distritos. Cuando conoció a quien hoy es su compañera, Romina, fue una de las primeras ideas que compartió con ella. Luego se suman a la familia sus dos hijos, y en el 2020 deciden que finalmente es el momento de cumplir el anhelado sueño del artista. Sin embargo, se presentaban dos dificultades: no tenían móvil ni sabían manejar, y los chicos tenían que seguir con sus clases del colegio. Si bien la pandemia iba a llegar para llenar al mundo entero de incertidumbre, la situación trajo una solución para esos obstáculos: a través de la práctica de trueque popularizada en redes sociales pudo cambiar un terreno por un vehículo para transportar a toda la familia, y gracias a la virtualización de las clases los chicos iban a poder continuar estudiando sin interrupciones. 

El transporte oficial del proyecto Pintando Paraguay.

Tras aprender a manejar, en el 2021 arranca el proyecto Pintando Paraguay. Al comienzo, el vehículo iba repleto de cosas que la familia pensaba iban a ser necesarias durante el viaje, pero con el paso del tiempo la experiencia les mostró que realmente podían movilizarse con solo lo esencial. Cuatro sillas plegables, una hornalla a gas y una carpa son los elementos fundamentales que van con ellos a todos lados. Un panel solar que Juan de Dios consiguió a través de auspicios les provee de energía eléctrica constante. Para las clases de los niños acceden a internet a través de teléfonos celulares. 

Pero el internet no solo es útil para los teléfonos celulares, también es primordial como herramienta que comunica al pintor con sus potenciales clientes, y mantener a flote el proyecto gracias a la venta de sus obras. Después de varios años de vivir de la pintura, Juan de Dios comenta que es la primera vez en su carrera que puede vender la totalidad de sus obras directamente al consumidor final, sin intermediarios, lo cual sería imposible sin las redes sociales. Ellas, además, le permiten compartir su ubicación en tiempo real, de esta forma los habitantes de los distritos muchas veces ya esperan la llegada de la familia y hasta les proporcionan un lugar donde pasar la noche. 

Cuando llegan a un nuevo distrito, el artista hace primero un reconocimiento del lugar para determinar qué escena es la que más le inspira para empezar una nueva obra. Es común que la gente de cada lugar les reciba con brazos abiertos una vez que conocen el proyecto. En la comunidad de José Fassardi, en el Guairá, el pintor llegó hasta un trapiche de caña y decidió inmortalizarlo en un lienzo. El dueño puso al trapiche en marcha fuera de horario, y explicó a toda la familia el proceso de funcionamiento de la máquina, que procesa la caña para la producción de miel. La familia salió de allí no solo con un nuevo cuadro sino también con nuevos conocimientos.

El artista trabajando en el cuadro del trapiche de Fassardi.

Tras haber visitado ya tres departamentos por completo (Paraguarí, Cordillera y Guairá), los Valdez se encuentran en medio del recorrido de su cuarto departamento, el de Caazapá. Superados los obstáculos de los primeros viajes, y con la experiencia para manejar la logística y organización de lo cotidiano, Juan de Dios dice que sus desafíos son ahora más que nada pictóricos. “Ahora el desafío es que ya tengo una cierta presión porque hay gente pendiente. Los auspiciantes, el público que sigue en redes sociales. Tengo que ir siempre demostrando lo mejor, no caer en lo repetitivo, no ir siempre haciendo casonas en todos los pueblos, ir variando y encontrando siempre nuevos ángulos para los temas que quiero tocar”, comenta el artista. 

La idea del pintor es, una vez visitados los 17 departamentos, hacer una gran exposición de cierre, con obras de todos los distritos visitados. Cuando le consulto sobre sus planes para lo que viene después, Juan de Dios siente un cierto temor ante la idea de volver a quedarse por mucho tiempo en un solo lugar, sobre todo tras concretar un proyecto tan ambicioso como Pintando Paraguay, y la renovada inspiración que supone para sus creaciones. 

Sin embargo, le digo, yo no estaría tan preocupado por la llegada de ese momento. Con la experiencia que está adquiriendo a través de sus viajes; con la capacidad que tiene de dar una nueva capa y un nuevo significado a los paisajes, edificios y personas que pinta; con el apoyo incondicional de toda su familia; y sobre todo con el mundo –literalmente— como protagonista de sus pinturas, no me sorprendería que el siguiente gran proyecto lo encuentre viajando por Latinoamérica, y por el resto del mundo inclusive, llevando el arte hasta la gente –como el mismo dice— en un constante intercambio en el que no solamente crece su inspiración, sino sin duda alguna también la de las personas que –como yo— tienen la oportunidad de compartir con ellos unas horas de este viaje infinito. 


Ver la entrevista completa a Juan de Dios

Para conocer más sobre el proyecto Pintando Paraguay pueden acceder a https://www.facebook.com/juandediospintor


Uno de los cuadros que pintó Juan de Dios en el viaje, que luego es traído al taller para dar los retoques finales.


El pintor trabaja rodeado de las pinturas producidas durante el proyecto.


Otras escenas dentro del taller del artista. 

 

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