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Edificio histórico del Puerto de Asunción: Los detalles de la restauración de un hito patrimonial de la ciudad

En esta edición, el equipo de Gesto visitó el edificio del Puerto de Asunción, donde se llevan a cabo trabajos de restauración a partir de un proyecto del arquitecto Javier Corvalán, ejecutado por la empresa constructora ABH S.A. El edificio se inauguró oficialmente en 1907, pero fue sometido a varias intervenciones a lo largo de los años.

Por Luca Meza

Fotografía por Martín Álvarez.Restauración del edificio histórico del Puerto de Asunción 

Proyecto: Laboratorio de Arquitectura – Arq. Javier Corvalánq

Ejecución y dirección de obra: ABH S.A. (Alberto Barrail e Hijos) 

A modo de introducción a la visita, el Ingeniero Hugo Falcón –responsable de la dirección de la obra y nuestro guía durante el recorrido— comenta que los criterios de restauración responden a un mejoramiento de la funcionalidad, a un coeficiente de uso seguro del edificio, y al deseo de que los espacios sean testimonio del pasado del edificio. El mismo, relata, tuvo tres intervenciones importantes a lo largo del tiempo, recordando que en la década de 1960 se construyeron tanto la segunda planta como la fachada proto-racionalista del edificio. Una vez terminados los trabajos, el edificio contará con áreas de uso público, intermedio y privado.

Adentrándonos ya en aspectos que hacen al grado de intervención y a los procesos constructivos aplicados, comenzamos la visita en la planta baja del ala derecha del edificio, correspondiente a aduanas. El ingeniero explica que los trabajos en este sector consistieron primordialmente en el desmonte de un entrepiso que fue agregado en una de las intervenciones, y de las mamparas divisorias de espacios, revelando un sistema estructural de pórticos de hormigón armado y dejando la planta completamente libre. Además, al desmontar el cielo raso existente, se descubrió que la losa de hormigón estaba en muy buen estado, por lo que se decidió dejarlo a la vista.


Fotografía por Nicolás Estévez.

Continuamos la visita accediendo al volumen del centro, donde se da el acceso principal al edificio y que será destinado a usos públicos. En este ambiente es protagonista el extraordinario techo de bovedilla original del edificio, el cual fue replicado tras un proceso de verificación en sectores donde la restauración se hizo necesaria. También en este espacio se aprecian las rejas de un estilo art decó, así como los arcos originales de la primera construcción en las paredes. En uno de los pilares de este espacio se realizó una remoción de revestimientos y revoques en un área menor, hasta llegar a un pilar metálico, posiblemente parte de un sistema estructural original. El mismo quedará a la vista para apreciación de los visitantes, como testimonio del pasado del edificio. En la planta alta de este volumen central el proyecto plantea un museo y espacio cultural.


Fotografía por Luca Meza.

Sin lugar a dudas, uno de los elementos que da carácter al edificio es el revestimiento de pastillas que se encuentra tanto en las fachadas principal y posterior, así como en los espacios interiores. Estas pastillas originales fueron desmontadas una por una y sometidas a trabajos de limpieza y restauración, para luego volver a ser montadas en sus posiciones respectivas. De igual manera se recupera gran parte de los ventanales de madera y vidrios originales, replicando el modelo en ciertos lugares donde ya no estaban presentes para unificar la lectura visual de las fachadas.

Pasando al ala izquierda del edificio, en primer lugar, se accede a la zona donde se realizaba el desembarque de pasajeros del antiguo puerto: un espacio extraordinario con doble altura y también con un imponente techo de bovedillas, con inscripciones de bienvenida en las vigas escritos en seis idiomas. En este espacio es donde se encontraron, gracias al proceso de restauración, siete murales pintados en las paredes, uno de los cuales está actualmente a la vista. La obra se denomina “El Hachero”, y fue realizada en 1957 por el ingeniero Adolfo Diez Gómez. En esta etapa se decidió no seguir interviniendo en los otros murales, hasta que los organismos pertinentes establezcan la mejor manera de conservarlos.


Salón de desembarque del antiguo Puerto de Asunción. Fotografía por Martín Álvarez.
 
Mural “El Hachero” descubierto gracias a los trabajos de restauración. Fotografía por Melina Pekholtz.

Más adelante, pasando al gran salón de oficinas –similar en tamaño al del ala de la derecha— se aprecian unos arcos de ladrillo en los muros en diferentes dimensiones, testigos indiscutibles de sistemas constructivos del pasado y de aberturas que fueron suprimidas. Estos arcos quedarán a la vista para que los futuros usuarios puedan reconocer los procesos de cambió que sufrió el edificio a lo largo de su historia. Además, una imponente escalera helicoidal –que es casi una escultura— permite el acceso al segundo piso.

Fotografía por Nicolás Estévez.

Finalmente, avanzamos hacia el último espacio de la planta baja, que será destinado para auditorio y presentaciones culturales. El mismo está pensado para albergar unas 400 personas, y contará con las famosas butacas que pertenecieron al Cine Splendid y que fueron adquiridas por la administración del puerto. Las mismas también serán sometidas a trabajos de restauración. El auditorio tiene conexión directa con el exterior del edificio, en uno de los extremos del volumen, para facilitar el acceso de los usuarios. Allí se destaca una intervención en hormigón y piedra propuesta por el arquitecto Corvalán, a modo de pórtico, el cual se repite en el extremo opuesto del edificio.

Fotografía por Martín Álvarez.


Volumen nuevo de acceso lateral al edificio, adicionado como parte del proyecto de restauración. Fotografía por Martín Álvarez. 

Posteriormente accedemos al segundo nivel del edificio, que será destinado a oficinas para la gerencia y directorio de aduanas y puertos, en dos plantas libres de gran amplitud ubicadas sobre cada ala descrita anteriormente. En este nivel se conserva y restaura el piso cerámico original, logrando producir réplicas exactas para sectores que requirieron el cambio de baldosas debido al deterioro. Pero indudablemente el foco visual de estos amplios espacios está constituido por los techos: se conservan las cabriadas metálicas originales, así como el maderamen, reforzando la estructura de soporte con unos tensores metálicos. Unos tragaluces formados gracias a la diferencia de altura del sector central de estas habitaciones, terminan de darle carácter a los espacios. Los mismos son parte original del edificio y serán mantenidos.


Planta libre en ala de planta alta. Fotografía por Martín Álvarez.

Para finalizar el recorrido, accedimos al sector del frente del edificio, donde se aprecian detalles de refacción en la vereda que integran el programa con la ciudad, así como el acabado de pintura en toda la fachada sumado a la restauración de las pastillas originales mencionada anteriormente. Un dato interesante es que el edificio cuenta en el jardín con un sistema de recolección de agua de lluvia para regadío.


Sector frontal del edificio. Fotografía por Martín Álvarez.

El edificio histórico del Puerto de Asunción es un elemento patrimonial de vital importancia dentro del Centro Histórico de Asunción, como testimonio de sistemas constructivos utilizados tanto en el momento de su construcción original como en cada una de sus intervenciones. Y, aún con más importancia, al ser testimonio de sistemas constructivos es consecuentemente testimonio de procesos culturales de la Asunción del pasado. Es imprescindible que los ciudadanos nos apropiemos de sus espacios públicos una vez habilitados nuevamente, y que podamos hacerlo con un espíritu de aprendizaje, que permita apreciar a través de sus materiales la historia de nuestra ciudad.


Fotografía por Martín Álvarez.

Fotografía por Martín Álvarez. 

Fotografía por Nicolás Estévez.

Fotografía por Nicolás Estévez.

Fotografía por Nicolás Estévez.

Fotografía por Nicolás Estévez.

Fotografía por Nicolás Estévez.

Fotografía por Nicolás Estévez.

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