El Banco Central del Paraguay, sin dudas patrimonio arquitectónico nacional, es una de las primeras construcciones de estilo brutalista de nuestro país. Para esta edición el equipo de Gesto visitó el predio del banco para apreciar a detalle cada espacio del complejo.
Por Luca Meza.
Fotos por Laly Martínez.
Según cuentan los paneles exhibidos en el volumen que contiene los programas culturales que ofrece el Banco Central del Paraguay (BCP), originalmente la implantación de la obra estaba prevista sobre las calles Palma y Pte. Franco, en el centro de Asunción (actual sede de la Senatur). Sin embargo, se deja de lado ese primer proyecto para ubicar uno nuevo en donde se encuentra la sede actual: Federación Rusa y Augusto Roa Bastos. Esto se debe a que el Banco Central es un órgano estatal independiente, y su ubicación en el centro –donde tradicionalmente se ubican oficinas del gobierno, supondría un relacionamiento con ellas que se rompe simbólicamente al alejar el edificio de esa área de la ciudad.
El equipo que realizó el anteproyecto y luego desarrolló el proyecto ejecutivo estaba conformado por los arquitectos paraguayos José Puentes, Rubén Isasi y José Monti, por los arquitectos argentinos Félix Casiraghi y Roberto Frangella, y por los ingenieros Rodríguez, Malvares y De Giacomi, también argentinos. El diseño interior, tanto de espacios como de mobiliarios, estuvo a cargo del arquitecto brasileño Roberto Thompson Motta. La construcción del edificio arranca en el año 1979.
Maqueta del conjunto de edificios exhibida en el área cultural del Banco Central.
Los volúmenes están construidos principalmente con hormigón visto y poseen instalaciones vistas. Para los proyectistas la idea de construir con esta materialidad era transmitir el concepto de honestidad en cuanto a todos los componentes de la obra. En el proyecto se pueden ver elementos de arquitectura moderna: plantas libres, cerramientos perimetrales transparentes, terrazas ajardinadas y la vista plena en fachadas.
La modulación de plantas en el edificio principal del banco sigue un patrón de 1,50 x 1,50 m, y la distribución espacial de los interiores es de planta libre, con mamparas móviles principalmente, utilizando cerramientos de mampostería solo en los sanitarios y en los despachos de las autoridades superiores por motivos de seguridad. En las fachadas de oficinas predominan los cerramientos vidriados con parasoles metálicos que fueron colocados según la incidencia de los rayos solares.
Este edificio principal cuenta con una superficie cubierta de 46.000 m2 distribuida en 12 niveles: dos subsuelos (el primero alberga el acceso de funcionarios y dependencias varias y el segundo la tesorería del banco), la planta baja destinada para atención al público y al museo de numismática y joyas, un entrepiso y seis plantas tipo donde se encuentran las oficinas bancarias. Finalmente, en el último nivel se ubica el salón panorámico multiuso, desde donde se accede a la terraza ajardinada al exterior, caracterizada por un cerramiento superior de casetonado de hormigón.
El bloque cultural –el cual es abierto al público— posee una sala de convenciones, un museo que relata el proceso de construcción de los edificios, un gran teatro lírico y la biblioteca Dr. César Romeo Acosta. El gran teatro tiene capacidad para más de mil personas, y es el único teatro en Paraguay que posee un sistema de cambios móviles de escenografía, para lo cual cuenta con tres pisos de subsuelo que albergan la tecnología y la maquinaria necesaria para estos cambios escenográficos, además de camerinos y áreas técnicas. El teatro cuenta además con un revestido de madera para la acústica.
En cuanto a la sala de convenciones, la misma cuenta con menor capacidad (aproximadamente 500 personas) y los palcos cuentan con un acceso privado a través de un lobby revestido completamente en mármol, el cual hace que el espacio se perciba de una manera amplia y atemporal. El edificio cultural también posee terrazas ajardinadas, a las cuales se accede mediante una rampa exterior al edificio, que se convierte en un verdadero elemento escultural dentro del conjunto. Estas terrazas también cuentan con un cerramiento superior de casetonado de hormigón, y generalmente es utilizado por los funcionarios para dispersión, en horas de almuerzo, etc.
Un dato de vital importancia es que el paisajismo del complejo del BCP fue diseñado por el renombrado arquitecto brasileño Roberto Burle Marx. El mismo propuso desniveles y terrazas con formas ortogonales en planta, equilibrando la vegetación natural y los solados diseñados en un juego de cuadrados y rectángulos. Las piedras que conforman los diseños del suelo son de tonalidades que asemejan el color de la tierra, haciendo una alegoría a las cerámicas del Paraguay.
Los proyectistas se imaginaban un predio con acceso libre al público, pues en el proyecto original se indicaba que no existirían vallas ni cercas que impidan la integración con los demás predios y calles adyacentes. Esto sin embargo no pudo concretarse debido a las necesidades de seguridad que tiene un edificio con programas bancarios.
Actualmente, los edificios del Banco Central del Paraguay son un ícono de la arquitectura moderna en Paraguay y su diseño sigue siendo parámetro proyectual y de estudio para la arquitectura local.
