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La ciudad de los 15 minutos: una propuesta para el presente

La premisa impulsada ya en varias ciudades del mundo apunta a reducir las necesidades de desplazamiento de los habitantes de un barrio, centralizando los servicios y disminuyendo el uso de automóviles, al tiempo que favorece el uso de bicicletas y prioriza al peatón. 


©Guillaume Bontemps


Jueves por la mañana. Los padres de una familia con dos hijos se levantan a la mañana, llevan a sus hijos a la escuela ubicada a cinco cuadras del departamento donde viven. En el camino de regreso pasan por el minimercado del barrio –atendido por sus propios dueños— para hacer las compras del día. Hoy les toca trabajar remotamente, por lo que pasan el día en su departamento. Por la tarde, buscan a los chicos de la escuela y van al parque del barrio a distenderse, donde se encuentran con sus vecinos.

Este sería un día en la vida de una familia en la ciudad de los 15 minutos. En ella, cualquier servicio necesario –educación, salud, bancos, mercados, ocio, espacios públicos— se encuentran a una distancia caminable no mayor a los 15 minutos. 

La idea, propuesta en 2016 por Carlos Moreno, profesor de sistemas complejos e innovación en la Universidad Sorbona de París, está siendo implementada por la alcaldesa de dicha ciudad, Anne Hidalgo. Para el académico, el barrio debe cumplir siete funciones urbanas imprescindibles: “habitar, trabajar, comprar, acceder a la salud, la educación y la cultura, y el descanso en armonía con la naturaleza.” 


Esta ilustración del artista Micael ilustra las intenciones de la alcaldesa Anne Hidalgo en París.


A partir de estas premisas, varias de las calles más icónicas de Paris están siendo transformadas para disminuir e incluso eliminar el tránsito de automóviles particulares, dando prioridad a las bicisendas y al peatón. 

Si bien la idea no es nueva, cobra especial fuerza luego de la reciente pandemia, que puso en evidencia la necesidad existente en varios centros urbanos de llegar a estos servicios únicamente por medio del uso del automóvil. 

Además de centralizar los servicios, otros beneficios que podrían resultar de la implementación del proyecto incluyen el refuerzo de una idea de comunidad con la vuelta a una vida de barrio, el éxito de pequeñas empresas familiares, la recuperación de espacios públicos, un aumento de la seguridad por la apropiación de calles y plazas, además de los evidentes beneficios ecológicos que resultan del aumento de espacios verdes y de la disminución del uso de automóviles. 


Otra ilustración de Micael que representa la vida de la ciudad y la sensación de comunidad que podría lograrse con el proyecto.  


Sin embargo, los expertos advierten que la propuesta de los 15 minutos no debe siempre implementarse obligatoriamente teniendo en cuenta esa temporalidad. Es posible que otros núcleos urbanos necesiten tiempos mayores, pudiendo llegarse a los 30 minutos. Además, otros casos necesitarían primero de un proceso de densificación de los barrios antes de pensar en implementar cambios a nivel urbanístico.

Lo importante, expresan los entendidos, es adaptar las premisas de esta centralización de servicios a las características de cada ciudad, según sus posibilidades y potencialidades, teniendo siempre en cuenta la importancia de la accesibilidad a los mismos, cuyo logro es indefectiblemente indicador del nivel de equidad social en el ámbito urbano.


La ciudad española de Pontevedra no permite el ingreso de automóviles a sus barrios desde hace varios años. A través de una aplicación móvil y bajo el lema “Muévete con tu propia energía”, el gobierno de la ciudad indica las distancias a pie de los principales puntos de la ciudad.


©El País. Las supermanzanas de Barcelona son precursoras de La Ciudad de los 15 minutos.   

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