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Desde los ojos de Fidel Fernández

El artista paraguayo de 39 años destaca por su mirada consciente y crítica de la realidad, la cual se ve reflejada en sus pinturas de tinte caricaturesco y sus esculturas hechas de tacurú. 

Texto: Micaela Cattáneo 

Fotos: Gentileza

Pintor y escultor autodidacta, Fidel tuvo sus primeras aproximaciones al arte en su niñez y adolescencia, cuando pintaba con témpera en sus clases de artes plásticas del colegio. Con los años, encontró su lenguaje artístico pintando escenas de la vida cotidiana, retratando a personas como caricaturas e imprimiendo de contenido político y social a su relato visual. 

Asimismo, exploró la xilografía y adoptó al tacurú -nombre que recibe el termitero en guaraní- como elemento para expresar sus ideas, pensamientos e interpretación de la realidad. Recientemente, en la feria de arte Oxígeno 2023, llevada a cabo anualmente desde hace seis años con el objetivo de incentivar el desarrollo de la creación artística y dinamizar el mercado del arte, presentó una escultura hecha de esta materia prima, donde evoca y reivindica a las víctimas de la dictadura de Stroessner, y con la cual quedó seleccionado para realizar una residencia artística en Italia. 

Desde su ciudad de residencia actual, Cerrito (Chaco paraguayo), Fernández reflexiona sobre su obra, lo esencial en su proceso creativo y las ideas que definen su presente como artista.

La machú. Óleo sobre lienzo.

Gran parte de tu obra nace de la observación de la realidad, del contexto. ¿Qué implica para vos el ejercicio de mirar?

Creo que el hecho de haber sido una persona introvertida me dio la posibilidad de mirar antes que ser mirado, siempre traté de pasar desapercibido en cualquier espacio. Sí tengo la afición de anotar en mi cabeza todo lo que veo, para mí la observación es el punto de partida de mi obra. Un hecho u objeto determinado me lleva a crear una escena, la estructura de una obra. Siempre trato de partir de ahí, de la observación. Observar me lleva a proyectar lo que veo, aunque no de forma literal, porque voy haciendo una relectura de la escena, una interpretación o versión propia de la realidad, y eso luego lo plasmo en una escultura o pintura.  

¿Qué sentido o valor tiene lo caricaturesco en tus pinturas? ¿Por qué te interesa esta forma de mostrar el mundo?

Retratar a los personajes de este modo, aunque tengan rostros de personas conocidas, tiene que ver con que están hechos de memoria, es decir no los hago mirando una fotografía o a la persona en sí en vivo, sino más bien utilizo el recuerdo para darles forma. Luego, hago que ciertas características del rostro sobresalgan, como las orejas grandes, la frente muy ancha, los ojos saltones, la nariz puntiaguda, etc.; exageraciones que le dan un enfoque más grotesco y chistoso a la obra. 

Este estilo me da la posibilidad de crear personajes que parezcan seres animados, son alegorías de personas y no representaciones exactas. Al quitarles esa humanidad, puedo ser políticamente incorrecto. Pintar de forma exagerada o grotesca le quita solemnidad a una obra, y eso le da un aire de más fácil lectura.  

La esCaléra del poder. Óleo sobre lienzo.

También trabajás con esculturas, ¿qué te permite decir o expresar el esculpido con termitero?

El tacurú, para mí, es un elemento innovador en mi carrera artística; es la forma más genuina y sencilla de poder expresar la creatividad que tengo porque me permite buscar una figura con un elemento tan básico como el cuchillo. Creo que el tacurú es una obra en sí mismo, como material bruto es una obra de arte. Lo que hago es buscar la figura que me insinúa el tacurú. 

¿Qué es lo más desafiante de esta técnica?

Poder impactar con la figura hecha, es decir lograr esa sintonía entre técnica y obra, entre material y figura.

La escultura presentada en Oxígeno 2023, que hace referencia a las víctimas de la dictadura, ¿qué mensaje social y político tiene para la época en la que vivimos hoy?

Siempre trato de plantear el tema de la memoria histórica. El arte es una herramienta que permite generar conciencia crítica. Con esta obra traté de representar la trilogía de aquel tiempo: la persona que estuvo al mando del poder (Stroessner), la institución que lo avaló (ANR), y las víctimas que sufrieron el acecho de este periodo tan nefasto para el país.

 

Obra presentada en Oxígeno 2023. Foto por @elfaroeduka

¿Cuando sentís que el arte incomoda? 

Hay muchos factores que instalan incomodidad en una obra: el tema que uno elige, la manera irreverente de encararlo, o lo crítico que uno puede ser al abordar elementos que no son estéticamente bellos. Siempre que proyecto una obra, me desprendo del enfoque decorativo, y trato de darle toda la fuerza y el sentido como artista, ser sincero con lo que represento y siento. 

¿Qué expectativas tenés en relación a la residencia artística que harás? 

Es fundamental salir, buscar nuevas experiencias y observar otros espacios. A partir de la convivencia en otros lugares, uno va generando nuevas ideas para seguir creando. Como artista, es clave buscar la evolución, hacer cosas distintas. Creo que esta residencia me ayudará a seguir con mi arte, a reafirmar lo que busco. 

Decías en una oportunidad que cuando alguien conoce tu obra es como si te conociera a vos, ¿quién es Fidel Fernández?

Creo que todos los personajes que están en mis obras son representaciones mías, como si a través de ellos estuviese retratando versiones propias de mí mismo, y a la vez no soy ninguno de ellos. En mis pinturas hay aglomeración, personas que están encimadas unas con otras, y si bien existe individualidad dentro de esas escenas cargadas, a lo mejor soy uno de los personajes escondidos detrás de los principales. 

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