El espacio de diseño y arquitectura de Amanecer Pinturas

Los colores del mundo de Clau Peña

La diseñadora gráfica e ilustradora Claudia Peña nos abre las puertas al mundo de sus creaciones artísticas, habitado por animales, sillas, manos, latas, y todo tipo de objetos caracterizados por un denominador común: el de sus colores vibrantes. 

Texto por Martín Álvarez 

Fotos cortesía de la entrevistada.

Desde chica, Clau sabía que dibujar era lo suyo. “Cuando era nenita tenía un comic. Siempre amé las publicaciones, y lo impreso. Siempre tuve el interés de hacer cosas gráficas, y antes de terminar el colegio yo sabía que quería estudiar diseño gráfico. Yo decía ‘necesito estudiar algo que me permita dibujar‘”. 

El tener la carrera elegida desde temprano fue fundamental para marcar el camino de Clau hasta llegar a su presente como artista. “Estando en la facultad descubrí lo que era la ilustración, y me di cuenta que también podía ser un trabajo”, comenta. 

La oportunidad de trabajar en la revista La Factory –hoy descontinuada— mientras todavía estudiaba le dio un espacio importantísimo para pulir sus dotes como diseñadora y como ilustradora, y le permitió aprender sobre ambos oficios. “En la revista pillé que podía dibujar y que esos dibujos podrían tener un contexto en base a un contenido, y eso fue muy divertido. Si había una nota sobre algún tema, y no teníamos fotos porque no había recursos, yo [me ofrecía para] ilustrar la nota. [Dibujaba] en un papel, después escaneaba y arreglaba en Illustrator o en Photoshop, era súper artesanal. Y ahí me di cuenta que me gustaba mucho dibujar de manera digital.” 

Conejo en Fósforo.

Así, gracias al proceso de libre experimentación que podía aplicar en su trabajo en la revista, Clau encontró su técnica predilecta para ilustrar, sirviéndose de las herramientas que le daban los programas de la computadora. 

Cuando cierra la revista, junto a dos colegas con quienes trabajaba allí –Adri Díaz y Manu Chávez, ambos diseñadores e ilustradores— fundan Comuna, un estudio de diseño gráfico, donde además de satisfacer las necesidades con las que llegan hasta ellos los clientes, los chicos buscaron siempre introducir ilustraciones como parte de sus propuestas y como identidad de las marcas. “La ilustración tiene una parte blanda, es como que suaviza el diseño”, expresa Clau. Si bien hoy Manu ya no está en el estudio –“la ofi es 100% girl power ahora”, me dice entre risas— junto con Adri continúan impulsando esta premisa de combinar ilustración y diseño.

Autorretrato.

Estructuras vs. libertad

Los procesos de Clau para crear en Comuna no son los mismos que los que usa para ilustrar y para sus composiciones artísticas, me explica. “Trabajar en el estudio de diseño, ya con clientes, [implica] tener que responder a una necesidad. El arte es más ‘voy a hacer y va a surgir‘”.

El ilustrar respondiendo a los pedidos de sus clientes implica trabajar dentro de unas estructuras y unos parámetros establecidos para llegar a los objetivos propuestos. En el trabajo, “yo me sentía un poco encajonada, se aprovechaba el oficio, pero yo tenía otras necesidades personales de poder dibujar libremente”, cuenta Clau. Así, su labor como diseñadora fue el catalizador de esa búsqueda que la llevó a descubrir su identidad como artista. 

Las primeras ilustraciones en las que encontró un significado, y en las que vio potencial como representativas de lo que iba a ser su arte, fueron una serie de huesos de manos, adornados con anillos, pulseras y relojes. Esas ilustraciones “se llaman La Hora del Té. Yo me imaginaba que eran las manos de mi abuela y sus amigas. A ellas les encantaba jugar Buraco, y yo hice todo un universo con esa idea”, explica. Para Clau, el lenguaje de su arte es “irónico, sarcástico. En general todos mis dibujos tienen un mensaje oculto”, y es consciente de que el significado que ella le da a sus obras no siempre es el mismo que le dan los espectadores. “Vos podés tener una intención con tu arte, pero la persona que después ve puede tener su propia interpretación.”

La Hora del Té.

Una vez afianzada su visión artística, empezó a compartir sus ilustraciones personales en redes sociales, y con el tiempo empezaron a contactarle para trabajos donde querían la visión de Clau artista, ya no la de Clau diseñadora gráfica. “Encontré dos caminos, uno el del diseño gráfico e ilustración en Comuna, y otro con mi trabajo personal, pero no es algo que planeé”, reflexiona sobre la manera orgánica en la que el arte se incorporó a su cotidianeidad.

Para crear sus obras, cuenta Clau entre risas, tiene que crear todo un ambiente y tiene una serie de rituales. “Tengo que poner música, ver trabajos de otras personas, referencias. Pero mis referencias no son ilustraciones, trato de buscar cualquier otra cosa que no sea ilustración, como la música, o a veces una película”. Una de sus obras recientes, la de un pato negro sobre una silla, surgió de la combinación de estas referencias. “Yo amo el diseño industrial, y vi esta silla y dije ‘quiero’. Y me puse a dibujar la silla mientras escuchaba 2Pac o algo parecido, rap duro, y ahí comienza todo. [Pensé en un pato porque] los patos son animales súper heavy metal para mí. Todo está conectado, pero tenés que estar muy atento a lo que pasa a tu alrededor.”, explica Clau sobre su proceso. 

Pato en Silla.

Nuevos medios

La ilustración digital es la técnica esencial a la que recurre Clau para su arte. “Probé dibujar con el iPad y me di cuenta que no me sentía cómoda. Supongo que es porque cada uno encuentra su manera, y [dibujar en la compu es parte de mis] rituales. Tengo que poner una música al palo, y ahí me siento, abro los programas, todo ese ritual, ahí yo sé que va a pasar algo”. 

La pandemia y la pasión de su mamá por coser iban a poner en su camino un medio nuevo para su arte. “Mi mamá tiene un tallercito en su casa, y tiene una máquina de coser. Hace mantitas, manteles, pero usa eso más como para apagar su cerebro. A mí siempre me encantó, desde que era niña y vivía con ella. Ahora me voy a su casa y me encanta entrar a su taller porque hay de todo, es un submundo de hilos y telas.” 

De ese taller, Clau fue beneficiada un día con una bolsa llena de hilos de lana que su mamá ya no usaba, y que quedó olvidada en algún lugar de su departamento. Durante la pandemia, sin embargo, esa bolsa iba a cobrar un protagonismo inesperado. “Yo estaba en internet, y me salió en YouTube un video de una persona haciendo esta técnica de bordado que es punch needle. Me llamó la atención porque el bordado normal tiene un proceso mucho más delicado, pero esto me atrajo porque era golpear la tela, por eso se llama punch.” Tiempo después y de casualidad, encontró en una mercería una aguja que le serviría para la técnica. “Compré, probé y no pude parar. Me di cuenta que tenía un valor demasiado terapéutico, fueron horas y horas de estar golpeando y probando”, usando los hilos que estaban guardados esperando su momento.   

Una vez que la técnica estuvo lograda, Clau vio un nuevo medio al que llevar sus ilustraciones digitales coloridas, empezando por unos conejos que ya son parte de su repertorio artístico. “Sigo en proceso de seguir aprendiendo, hace cuatro años que bordo, pero siento que me falta un montón todavía por aprender, que puedo llegar más allá todavía con la técnica. Me empecé a interesar demasiado en todo lo que es textil. No sé lo que va a pasar todavía [en el futuro], pero quiero hacer cosas gigantes, con telas. Me gustaría hacer una muestra [donde] puedas tocar todo, sentir, tal vez llevar mis ilustraciones a formatos gigantescos y suaves.” 

Todo lo que le viene pasando en su trayectoria como artista, para ella “es súper loco porque ‘yo soy solo una chica’”, me dice irónicamente y entre carcajadas en un momento de la entrevista, referenciando la famosa frase en inglés “I’m just a girl”. Sin embargo, Clau no es solo una chica. Hoy es esa nena que hacía fanzines y collages de sus bandas favoritas en el colegio, es esa compañerita a la que siempre le pedían que dibuje, es la estudiante que supo desde un comienzo que el diseño era su vocación, es la pasante que encontró su técnica experimentando para una revista, es la diseñadora que cumple los objetivos que le piden sus clientes, y es la artista que crea un mundo colorido, uno de nueve colores distintivos, que fusionan con coherencia música, cine, diseño industrial, fauna y un sinnúmero de elementos, el mundo de Claudia Peña.  

Las Ciencias Ocultas.

Suscribite a nuestro Newsletter mensual