En la vivienda Nogués, el arquitecto José Cubilla implanta de manera armoniosa los volúmenes para adecuarse al entorno natural, creando ambientes cálidos que permiten el máximo disfrute del paisaje que rodea a la arquitectura.
Por Luca Meza.
Fotografías por Daniel Ojeda.
Vivienda Nogués
Arquitecto: José Cubilla
Ubicación: San Bernardino, Paraguay
Colaboradores: Yago García, Mauricio Barrail, Camila Caffarena, Dahiana Núñez, Rajel Kohan, Miki Green.
Construida en un terreno en L, con condiciones topográficas que resultaron bastante desafiantes, el arquitecto diseñó los volúmenes de la vivienda aprovechando las oportunidades que presentaba el terreno, y teniendo en cuenta sus características para potenciar sus ventajas de conexión con el lago Ypacarai. La intención fue la de hacer que “la arquitectura, el artificio, pueda ser la solución al uso de ese suelo”, en palabras del arquitecto.
La forma de L del terreno determina la forma de la planta del proyecto. Además, una premisa importante de diseño y partido fue hacer que las personas que pasan por delante y por fuera de la casa puedan seguir apreciando la vista del lago, de ahí que la disposición elegida para los niveles hace que se acceda por la terraza que es la cubierta de la segunda planta. A partir de allí, dice el arquitecto, “uno va descubriendo el paisaje, entrando por una raja [en el nivel de la terraza]” a los niveles inferiores.
Los materiales seleccionados, como la piedra, fueron extraídos del sitio y de los alrededores, buscando siempre el respeto hacia el medio ambiente. Se creó una arquitectura austera con materiales cálidos como el hormigón, la piedra y la madera, logrando conectarse con el entorno a la vez que se cumple con las funciones pensadas para el uso de una familia numerosa.
En algunas de las aberturas de la vivienda, se dispuso la estructura de los vidrios por fuera de los espacios interiores, evitando que se vean los perfiles desde adentro, en homenaje al arquitecto Sigurd Lewerentz, arquitecto de origen sueco que trabajaba con este tipo de aberturas. Se obtuvo como resultado el reflejo del cielo y el paisaje del entorno: de esta forma, “el vidrio por fuera hace un efecto de espejo” comenta el arquitecto.
